Caratula de inicio Canción "Abuelito Dime Tú"
Comenzaron a emitirse los 52 capítulos de los que constaba la serie en 1975, regularmente hasta el año 1977.
Enlace para la selección de los 52 capítulos de Heidi
Sinopsis:
Escrita por Joana Spiry cuenta la historia de Heidi; una niña pequeña que habiendo quedado huérfana, queda a cargo de su joven tía Dete. Esta tiene que servir en casa de la adinerada familia de los Seseman en Frankfort. Por lo que no pudiéndola cuidar decide endosársela a su abuelo. Un hombre huraño que vive en un inhóspito paraje de los Alpes.
Sin embargo, lo que parece una tragedia, el alegre corazón de la joven Heidi, lo ve como una inmensa alegría.
Con la caminata hasta la cima, llegada la tarde, se impone la cena. Un simple queso de cabra derretido sobre una rebanada de pan, y un bol de leche de cabra fresco. A Heidi le parecen una bendición.
Su nueva habitación en el desván ya ha sido habilitada. A Heidi le maravilla la redondez de la ventana y la magnifica vista que se contempla
Como lecho un simple haz de heno con una sabana bien remetida. El abuelo será muy serio pero sabe hacer unas camas muy divertidas y muy cómodas.
A la mañana siguiente temprano conoce a Pedro el cabrero.Tal y como lo llama el Abuelito, El General.
El abuelo ya lo ha preparado todo y tiene el almuerzo a punto. Casi todo se lo comerá al final Pedro por que es un tragaldabas.
Un día en los verdes valles plagados de verdes flores rodeados de montañas nevadas y acariciados por la fresca brisa. El sol brillante en la cara. Y las nubes tontamente desfilan dibujando en el cielo cosas para averiguar.
Y desde el pico de las Águilas, al atardecer el sol desciende por debajo de las montañas, rascando su espaldas como si estuvieran hermanados Sol y tierra. Tiñendo los cielos de ámbar y oro. Como es posible que algo tan bonito tan solo pueda verse aquí.
Acabado el día Pedro regresa a devolver las cabras del abuelo.
Heidi no deja de hacer amigos en los Alpes. Como la cabrita Copito de nieve, su preferida. Pero hay otras Blanquita, Negrita.
Chip Chip. Su pajarito
No nos olvidemos de Niebla el indolente perro San Bernardo del abuelo
Y a la madre y la abuelita ciega de Pedro, que hila día tras día en su oscura cabaña. Heidi con su alegría lograra levantar su espíritu y hacerla participe de la magnificencia de los Alpes.
Los días se suceden entre juegos y risas.
Como hace con todas las cosas. Una niña con un alma tan radiante enseguida lleva la alegría a la casa de su abuelo. Su agrio carácter, se dulcifica y llegado el invierno éste a petición de Heidi, arregla la cabaña de Pedro que esta ruinosa. Heidi aprende a disfrutar de la nieve en el trineo.
Pero de improvisto regresa Dete para llevarse a Heidi, pues la necesita como compañera de juegos de Clara Sesseman , la hija invalida de sus amos. El abuelo queda destrozado por esta perdida.
Heidi por vez primera ve una gran ciudad. Frankfort, muy diferente de sus verdes Alpes. Allí conoce a Clara su nueva amiga.
También se encontrará a la Señorita Rottenmeyer que la someterá a una férrea disciplina amén de cambiarle el nombre por el de Adelaida, y quemar sus ropas de vivos colores.
También a Sebastian , el Mayordomo, quien intentara por todos los medios mediar por calmar el ambiente.
Al amo de la casa, el afable y casi siempre ausente por viajes de negocios; el Señor Seseman. Y a la Abuela Seseman una encantadora señora de la cual solo encontraría cariño.
Heidi en principio, actuará con su habitual espíritu desenfadado, causando grandes disgustos a la Rottenmeyer y risas a Clara.
En cierta ocasión, acepta la adopción de unos gatitos. Guardará los ricos panecillos para la Abuelita de Pedro, que por desgracia se quedaran duros. Pero su escapada para subir a un campanario en busca de sus queridas montañas……
……. hará que pronto su vida se vea tan limitada, que una pulmonía y la tristeza le causará caer muy enferma. Por ello el doctor de la familia Seseman, aconsejará que Heidi regrese a los Alpes.
Cuando al fin regresa. El abuelo se muestra distante. El dolor de la perdida, le instiga a aislarse para no volver a sufrir de nuevo. Y solo parece estar interesado en su trabajo.
A la abuela de Pedro de su viaje le trae pan tierno de Frankfort para que no padezcan sus tiernas encías y una mullida almohada para que descanse cómoda en su cama.
Además desde entonces habiendo aprendido a leer, pasará a menudo para leerle cartas y hacerle compañía. Tal es el generoso corazón de Heidi.
Sin embargo su abuelo sigue enfadado. Así que por ganar de nuevo el favor de su abuelo intenta participar en las tareas de la granja. Con el tiempo las cosas vuelven a su cauce.
Tanto es así que Heidi y Pedro vuelven a salir con sus cabras a los pastos.
Pronto reciben la noticia de que Clara vendrá de visita a los Alpes, con la recomendación del medico, debido al clima saludable del lugar. El anuncio también dice que más tarde llegaran los Señores Sesseman.
A la llegada de Clara. Pedro empieza a sentir celos de la amistad de Heidi por Clara.
Mientras estas las dos niñas están sentadas en la hierba, Pedro furioso tira la silla de ruedas de la invalida por un precipicio y esta queda destrozada.
El hecho crea discordia, pero, también provoca, que Clara, tenga que esforzarse, y en el esfuerzo se da cuenta que, con un poco de voluntad y perseverancia puede conseguir volver a andar.
En efecto Clara empieza a ejercitarse, y a la llegada de sus Padres, habiendo el Abuelo aderezado la silla de ruedas de la invalida, Clara consigue ponerse de pie y andar.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario